Te odio con todo mi entero ser,
Te desprecio así como te llegue a querer.
Debería ser odio mutuo, aunque no quiera,
Pese a que tu rechazo me hiera.
Oh, ¿Qué tan profunda son tus miradas?
¿Qué se siente que tus emociones estén amarradas?
Dímelo a mí…
Tus ojos LCD, Los Cielos Divinos,
No llegare a ellos ni siquiera con mucho vino.
Ese rencor; ¿Quién soy para quererte?
Mientras busco en esta mente meterte.
Una mente sin sentido,
Que ya se ha quedado en tu olvido.
¡Mira! Su meta es la fornicación,
Mujer, por eso los hombres te dan tanta atención.
No es solo conmigo, al quien hablas,
Esas mentiras tuyas, solo me quedan llorarlas.
Con más cólera, apago el fuego,
Chica géminis, encontraste el punto de juego.
Esa red social son puras condenas,
Me desvelo recordando y muero en tus cadenas.
El virus es profundo y agudo,
Líbrame de él, ¿Por qué no lo haces?, eso lo dudo.
Pero al final…
Me he dado cuenta, el virus eres tú,
La tristeza; de nada sirvió luchar con ímpetu y espíritu.
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Diego Marroquin.
Publié sur e-Stories.org sur 15.10.2014.
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