Todo aquí se parece a ti.

Tenías razón, la vista es magnífica.
Las ligeras ondas que simulan tu cabello.
La refracción con tonos melancólicos que se asemeja al café de tus ojos
y la ligera soledad acompañada, similar a la que deja tu ausencia.
¡Claramente no podia faltar la lluvia!
empapándome entero de una calidez singular,
tal como tu risa me inmola.
Sí, todo aquí es hermoso.
Todo aquí se parece a ti.

Ahora entiendo el porque aquella tarde juguetonamente
me tentabas a escaparnos,
a sumergirnos en este paisaje
que sería cada átomo más precioso esta noche,
de no ser por el viento helado que dejaste como huella,
como huella tuya y de alguien más.

Tan solo basta observar la naturaleza cerniéndose a nosotros,
no hace falta mucha imaginación para apaciguar los clamores ajenos.
Es suficiente con entrecerrar los ojos y abrir el alma
para percibir lo que sentías y querías mostrarme,
pero hoy ya no.

Tenías razón, la vista es magnífica,
el porte majestuoso, el atardecer encantador.
Las piezas son tan bellas tanto individualmente como en un todo
pero son tan implausiblemente distantes y ajenas,
tan benditamente seductoras e inalcanzables,
que no hace falta preguntar el porque se respira melancolía y estoicismo.
Sí, todo aquí es hermoso.
Todo aqui es exactamente igual a ti.

 

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