Se encontrban los dos muchachos en las viejas ruinas del castillo. Habían llegado después de atravesar todo un camino
lleno de dificultades: montañas imposibles de escalar, criaturas malvadas que qeuerían retrasar su paso, caminos
imposibles de atravesar, ventiscas y diluvios y fuertes tormentas. Ahora que estaban en la cima de la montaña y
contemplaban el mundo que se cernía sobre sus pies, entendían que estaban solos en ese castillo y podían hacer lo que
les viniera en gana. Así que empezaron a explorar sus arruinados muros de piedra y andar sobre la verde hierba que
engullía su suelo; hasta que uno de ellos se quedó mirando al otro y con una sonrisa de oreja a oreja cogió su mano para
acercarlo más a él y le besó. Un beso que sirvió para construir los cimientos de su amor en medio de la nada de esas
ruinas y de un reino entero bajo la montaña.
Dos príncipes enamorados, dos coronas y toda una vida por delante.
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Jose Samino Jimenez.
Publié sur e-Stories.org sur 19.08.2016.
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