Soy mujer, tengo cuarenta años y tengo cáncer.
Seguramente no lo tendría que haber ordenado así, pero me ha surgido espontáneamente.
Es el momento de hacer una reflexión sobre las grandes gestas de una vida.
Las mujeres deberíamos evadir de nuestros pensamientos, los sentimientos de obligatoriedad y el reconcomio de culpa por todo. Porque esencialmente estas impresiones no nos dejan desarrollarnos.
Nosotras no somos garantes de todo lo que ocurre en el mundo, ni tampoco hemos de remediar todos los inconvenientes que nos acorralan. Enmendemos aquellos que nos tocan de cerca y comisionemos los que no podamos remediar.
Los hijos, cuando son menudos nos requieren, pero hemos de cavilar, que los hijos, son patronos de ellos mismos, no una prórroga de nosotros. Son personas privativas.
Es competencia nuestra hacer hombres y mujeres independientes y solidarios, no vasallos de nosotros toda la vida. Es competencia velarlos en la salud, pero hemos de instruirlos a atenderse a así mismos. Hemos de ubicar sus raíces, asentados en el amor y el respeto. Pero no podemos trabarlos a nosotros toda una existencia..
Ellos, los hijos, han de aprender a vivir su propia vida y no la nuestra. Es difícil romper el cordón umbilical, ya que tenerlos a nuestro lado, bajo nuestra protección nos da deleites increíbles. Pero si no los dejamos libres, no podrán hallar por sí mismos, su propia felicidad.
Nosotras, hemos de encontrar aquella pequeña brecha para continuar con nuestra vida. No podemos quedarnos cegadas psicológicamente en nuestro rol de madres. Nosotras somos personas y mujeres.
El rol ha de ser más amplio.
Nuestro universo es el suyo, y en su cosmos nosotros solo estaremos un tiempo decretado. Parece indebido, pero es la dura realidad. Y si nosotras no estamos preparadas para esta disociación, nos quedaremos huecas, y nuestra vida no tendrá ningún sentido. Nos hundiremos en las sombras.
No hemos de perder el norte de nuestra embarcación. En ella escalarán muchas personas que habitarán con nosotras algún tiempo de nuestras vidas. Pero el buque llegara a diferentes puertos y allí bajaran unos y subirán otros. Si nosotros no tenemos la fortaleza para navegar hacia donde nosotros queremos. Las personas que suban a tu embarcación, la harán zarandear. Y si tenemos el rumbo bien establecido, las personas que coexistan contigo, te darán muchas experiencias que te harán crecer, no derrumbarte por su partida.
Lo más importante es que siempre guardes un pequeño lugar, para proteger tu intimidad, aquella que no quieres participar, es tuya, y posiblemente se aplastará en las olas del océano o quedaran encubiertas para siempre dentro de un arca en el fondo marino.
¿Porque no?. Nuestros secretos, aquellos más íntimos, aquellos solo nosotros sabemos. Les han de saber los demás ¡No, necesariamente!
Tenemos todo el derecho de mundo a retenerlos, a guardarlos y que se nos respete por eso. Esa es nuestra libertad, porqué la manumisión empieza por nosotros mismas. Tener libertad y dar independencia, es difícil entender esta razón y más de apostarla a la práctica.
Somos las amas de nuestra persona, pero nunca de los demás. Cada uno es dueño de su propio cuerpo, de sus propias decisiones, de sus posibles fallas.
¿Tiene alguien la autoridad de decirnos como debemos actuar?¡ No!. Y si alguien se cree, que pueden decidir sobre ti mismo sin o con tu consentimiento, es que le están limitando tu libertad. Es nuestro libre albedrío, que por eso nos lo procuraron. Es lo único que nos diferencia del reino animal.
Los demás, han de honestarnos y jamás, bajo ninguna circunstancia hemos de dejar que alguien nos pierda el respeto.
Nunca nos hemos de dejar amedrentar por nadie. Y si alguien, se cree con el derecho de hacernos perjuicio, tanto física como psicológicamente es que nosotros damos ese permiso.
Si tenemos claro que nosotras podemos decidir sobre nuestro destino, sea equivocado o no, bajo ninguna circunstancia debemos consentir, que nadie decida el nuestro.
Hemos de tener un talante activo con responsabilidad y madurez.
Es muy fácil echar la culpa a los otros, hacer pagar a los demás por nuestros pecados. Si la erramos, hemos de ser consecuentes con ello.
En definitiva es nuestra providencia, no la de los otros. La vida no es un camino de rosas y posiblemente en el lapso de ella, habrán muchos bretes. Pero nadie dijo que tenia que ser factible, cómodo o fácil.
En el tiempo que vivamos, tendremos que ir decidiendo. ¿Quien sabe con convicción que elegimos convenientemente?
Nadie tiene esta certeza, posiblemente muchas veces nos equivocaremos y también es cierto que en muchas ocasiones sufriremos. Pero hemos de sacar fuerza de flaqueza y tirar hacia delante.
Esta larga travesía, a veces nos proporcionará momentos difíciles. Todo depende de nuestro estilo, si eres emprendedora y creativa solo veremos que son fases que hemos de descollar. Si nos postramos, damos fuerza a los otros, Ellos entonces nos llevaran delantera y nos dominarán, y por lo tanto seremos cautivas del destino.
Henos de trabar las maromas de nuestra vida y por muchas borrascas, vendavales que lleguen a nuestro barco, sabrán salir con la cara gallarda.
Es indispensable que nos formemos, que nos preparemos en diferentes terrenos. Solo tiene miedo el ignaro.
El discernimiento de las verdades de la vida nos dará evidencia e utensilios para combatir en todos los terrenos.
Sin armas no se ganan las batallas, por mas voluntad que pongas. Sin estrategia no se ganan las guerras, en él supuesto que éstas tuviesen que existir. Sin poderío no se avanza en el camino. Pero la fuerza ha de germinar de dentro de uno mismo. Esta pujanza se consigue a medida que vayamos superando ensayos. Es mejor tener el soplo de un deportista para tener una vida saludable. Uno de se ha de aleccionar para hacer frente a los inconvenientes y se ha de abatir muchas veces, para volverse a levantar.
Que seria una vida fácil sin las trabas. Este camino tan simple no existe al menos en este mundo.
Vivir o quizás sobrevivir, este es la disyuntiva. Vivir con todas las implicaciones, consecuente y de una forma comprometida
No podemos salvar la vida de puntillas. Hemos de pisar fuerte. Saber jugar, y también muchas veces saber perder.
Pero nunca jugueteemos de farol, en esta jugada de póquer que es la vida. Intentemos ser legítimas con nosotras mismas, francas con nuestras restricciones, conocedoras de nuestras contingencias, de nuestra fuerza hasta el término de los días.
La vida no es de los fracasados, los triunfadores llegaran al desenlace de la carrera. Hemos de saber cual es nuestro fin y hacer lo posible para llegar.
No podemos brincar al juego de los otros, ni tampoco ser clónicas de nadie. Cada persona en si misma es una unidad existencial, y por muchos que pretendiéramos plagiar a los demás, nunca seriamos semejantes.
Eso no quiere decir que nos tengamos que condescender con poca cosa. De ninguna forma. Solo hemos de guerrear por aquello que aspiremos, por lo que resolvemos que será mejor para nosotros, no lo que será mejor para los demás, porque cuando agonicemos, los demás seguirán viviendo y con el tiempo de olvidarán de nosotros..
Cuando una es consecuente que su ciclo vital sé esta consumando, es cuando hace un insondable análisis de conciencia. Posiblemente porque ya se ha redimido de los temores que nos bloquean a las personas. Es cuando posiblemente esa sensación de libertad interna nos permite, un estallido de ganas de decir las cosas por su calificativo.
No tiene desasosiego de sus secuelas, posiblemente porque conoce que la tuya esta muy conurbana a su conclusión.
Tienes cognición que todo es circunscrito y solo coexista algo que no puedes canjear.. La muerte.
Esto te da ímpetu para decir en voz alta, que todas las demás, las que nos amarran a la vida las podemos permutar.
La muerte solo es un paso mas allá. Es posiblemente que tu barco ya ha llegado a un puerto estable. Y cuando más ganas tienes de vivir, mas se te malogran los ímpetus.
Es, en aquel momento, en el que la tormenta explosiona, y las lágrimas como la lluvia, comienzan a salir de una forma implacable. Porque las lágrimas no son más que una forma de amparo, en contra de lo improbable que nos cae encima.
Utilicemos nuestros sentimientos auténticamente. No han nada más reconstituyente que el amor, no hay nada más demoledor que el desamor.
Por amor se erigen castillos, por odio se pueden asolar civilizaciones.
Por amor a veces se conmutan las cosas que son inmutables. El amor gira circundando a las personas, concibiéndolas más fuertes, más clementes.
El desamor derroca la parte mas intima de cada uno, nos hace sediciosos y esta destrucción se retorna como un boomerang, regresándose contra nosotros mismos,
.......
Estoy rebasando al final de mi camino, esto me pesa como una lápida. Es como el escalador que llega a la postrimería de su aventura, siempre cree que existirá un prodigio y logrará descender de la cúspide sin albures.
La tristeza asalta mi alma, desde él más recóndito de mis pensamientos, querría tener los impulsos precisos para tirar hacia delante.
Si culmino todo esto seguro que sonreiré de este aciago momento. Pero en estos momentos me adhiero con las mujeres que, como yo, se topan en escenarios análogos o parecidos.
Porque uno, puede matarse de muchas formas, no solo de cáncer. Hay mujeres que se linchan cada día por los argumentos más cotidianos. Que se dejan llevar por un río de comodidades y que sucumben como individuos, pasando a ser solo marionetas, de sus maridos, de sus hijos, de la sociedad..
Hay una diferencia entre ellas y yo.
Ellas podrán despertar de una pesadilla y volver a emprender. Yo no creo que tenga nueva coyuntura.
Para aquellas personas que padecen los desafueros en su propia carne, para aquellas que no están de acuerdo con su forma de vivir, para aquellas que han renunciado a luchar, para las que se condescienden con todo. Yo les diría que despierten, que el barco que en estos momentos de su vida esta atollado en alguna cala de su historia, o quizás vagabundea por un océano de vacilaciones. Que le pongan combustible, y den fuerza a las maquinas.
¡Todo a babor!
Que la vida continua y que en el mejor de los casos, aquel universo en el que están viviendo no es el mejor que pueden hallar.
Existen otros firmamentos fuera del nuestro cotidiano. Que no tengan recelo. Que el miedo solo da ineptitud e embarga las acciones.
Los bienes materiales se pueden adquirir, el dinero no es traba, los bancos están llenos de el. Solo hace falta requerirlos.
Las ideas no se compran en un mercadillo. Las ideas se van formando en nuestra mente y nos dan la fuerza. Nos hacemos mejores pero sobre todo nos da mas tranquilidad.
No existe la felicidad completa, pero sí los ensayos de ésta. La vida esta llena de instantes de felicidad. Solo hace falta vivirlos intensamente como si fuesen los últimos soplos de nuestras vidas.
El futuro no existe, y si nos empeñamos en vivir del pasado, el presente saltará sin darnos cuenta. Vivamos el presente como su fuese imprescindible para continuar viviendo. El futuro se hará solito.
Pequeños escenarios hacen la vida agradable y él computo de muchas pequeñas realidades, nos darán una gran felicidad. Todos a nuestra manera somos un poco imperfectos. Sigamos luchando para mejorar.
Abandonemos las dificultades, las situaciones que nos apesadumbran y atendámonos de nosotros mismos y de nuestro entorno.
Existen momentos completamente celestiales, escuchar música, y sentir como las notas resbalan por nuestro cuerpo, leer un libro como si tu fueses la protagonista, darte el placer de regalarte alguna dádiva, regocijarse de la compañía de un amigo, salir un día de primavera y oler el perfume de las flores.
Hay tantos contextos que se nos escurren desapercibidos, que nos perdemos, que si por un momento hicieses, un alto en el camino y empezases a recapacitar en ellas, te estirarías de los cabellos, rumiando en aquello que hemos perdido en el camino. .
¡Soy una mujer, tengo 40 años y tengo cáncer!
Ahora soy consciente, que era la forma mas ajustada de decirlo. Es su orden. Hay dos realidades que no cambiaria por nada del mundo.. La tercera batallaré por transformarla.
Angels Vinuesa
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Angels Vinuesa Fernandez.
Publié sur e-Stories.org sur 29.05.2006.
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