Seguro que sabes quién duerme a tu lado ?.
Desde que él partió, ella sigue durmiendo del mismo lado de la cama, y a veces le parece que la esperanza del pronto retorno ocupa un lugar físico allí, dónde las almohadas cuidadosamente acomodadas permanecen a la espera de una cabeza.
Lo que ella no sabe es que para muchas criaturas de la noche, una almohada vacía es una invitación, un espacio que debe ser llenado; porque ha de saberse que para ellas los espacios vacios significan la no-existencia y la oscuridad de la que a veces escapan...
Imagínese usted: Una aurora a punto de nacer entre las piernas de la ventana, cuándo los ejércitos de la noche y del día pelean esa corta batalla que gana uno de ellos cada amanecer y el otro cada ocaso.
En la semivigilia de ese momento que nos tiene parados entre dos mundos, escuchó el aleteo. Él no estaba en casa, lo que fuera eso hacía demasiado ruido para ser un insecto y las puertas y ventanas no hubieran permitido a ningun ave entrar.
La masa de aire que la golpeaba traía un aroma identificable, fuese humano o no…Algo como salido de una antigua tumba llena de polvo…
Estiró la mano hacia arriba y en un arranque de coraje alcanzó esa especie de red polvorienta que se balanceaba de un lado a otro, pero al tirar de ella el ruido cesó, junto con esa oleada de aire.
Lentamente abrió los ojos y su corazón volvió a marcar el compás de la musica de la vida:
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Sergio Lubel.
Publié sur e-Stories.org sur 31.08.2017.
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