José Luis Remualdi
El Viejo Mío
Temprano por la mañana
me ve agarrar el cuchillo
y pone un destello al filo,
de sus ojos la mirada.
Sabe que una camperiada
indica mi acto preciso
pero él siente que del trillo
lo llama una clarinada.
Se le paisajea el alma
y al punto queda tranquilo
pues tiene noventa y pico
y "no lo ayudan las tabas".
Alguna instrucción me da
con trémulo gesto altivo
que responde que asimilo
breve mi espuela al sonar.
Y menguada su ansiedad
salgo yo aunque no lo digo
tiernamente conmovido
de ver mi espejo en su edad.
Lento llega a la tranquera
y cuando enanca su instinto,
áhi vivaz mi doradillo
se abalanza campo afuera.
Como él no es de 'manosiar'
en su ejemplo lo acaricio:
lo escucho viejo querido,
lo escucho cada vez más.
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de José Luis Remualdi.
Publié sur e-Stories.org sur 18.10.2017.