Mustapha Handar

S a n g r e

Me despierto y descubro manchas de sangre en mi gabardina. Me levanto espantado y averiguo el vientre y el pecho. Me pongo delante del espejo y veo una cara pálida, boca y barbilla en sangre y arañazos en el cuello. Escudriño los labios, los dientes y la garganta. Estoy incólume. Aquella sangre no es mía y los rasguños del cuello parecen no haber vertido ni una gota roja. Intento, por todos los medios, recordar qué me había pasado, pero en vano. Me pongo nuevas ropas y salgo a la calle. Me siento extremadamente sediento, pero en lugar de ir a buscar agua, me veo recorrer toda la ciudad y sus afueras en busca de un lugar perfecto. A la caída de la noche, la sequedad de mi cuerpo alcanza un estado alarmante, pero en lugar de buscar agua, parto en busca de un hombre o una mujer perfecta. Me pregunto por qué motivo hago todo esto, pero no encuentro respuesta. Sigo noctambulando hasta que pierdo todo conocimiento.
 

El día siguiente, al despertarme descubro que mis ropas están manchadas de sangre y me yergo sobresaltado. Escudriño todo el cuerpo, me pongo delante del espejo: rostro lívido, boca y mandíbula en sangre y cuello rasguñado. Examino los labios y los dientes. No llevo ninguna puñalada y aquellas uñadas parecen no haber vertido ni una gota de sangre. ¿Qué habrá ocurrido? ¿de quién será esa sangre? Intento descifrar el misterio, pero en balde. Me visto y salgo de casa. Me siento extremadamente sediento, pero en lugar de ir a buscar agua, voy rondando toda la ciudad y sus perímetros en busca de un paraje perfecto. Al anochecer, la extrema sed empieza a debilitarme, pero en lugar de buscar agua, parto en busca de un joven perfecto. Me pregunto por qué razón hago todo esto, pero no encuentro respuesta. Sigo así hasta que dejo de existir.
 

Me despierto, grito fuertemente, averiguo mi cuerpo, nada. Siempre la misma pesadilla, ¡uf! Me levanto, me pongo delante del espejo, me afeito y me cepillo los dientes.  Pongo una gabardina y salgo a la calle. Me siento muy sediento, pero no tengo ganas de agua. Deambulo por toda la ciudad y sus arboledas intentando encontrar un sitio perfecto. Por la noche, mi deseo de beber llega a su cenit, pero en lugar de buscar agua, empiezo a buscar a una mujer perfecta. ¿Por Dios, por qué objetivo hago todo esto? – vuelvo a preguntarme, una y otra vez, pero ninguna luz. De repente, pierdo toda conciencia.
 

Me despierto, descubro de nuevo que mis ropas están teñidas de sangre coagulada. Aterrorizado, me levanto y corro al cuarto de baño. Me fijo en el espejo, boca y barbilla ensangrentadas, cuello rallado. Mi espejo interior parece reventarse. Me desnudo totalmente y trato, por todos los medios, de despejar la cabeza y explicar lo que me sucede. Ningún resultado. Sobre la mesa, un libro titulado “Sangre” me llama la atención. Lo recojo, lo abro al azar y empiezo a leer “Me despierto y descubro manchas de sangre coagulada en mi gabardina. Me levanto sobrecogido y me pongo a examinar el vientre, el pecho…”. Lo suelto y salgo de casa corriendo. Entre carcajadas y burlas de la gente, me siento extremadamente sediento…

Fin

Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Mustapha Handar.
Publié sur e-Stories.org sur 26.09.2018.

 
 

Commentaires de nos lecteurs (0)


Su opinión

Nos auteurs et e-Stories.org voudraient entendre ton avis! Mais tu dois commenter la nouvelle ou la poème et ne pas insulter nos auteurs personnellement!

Choisissez svp

Contribution antérieure Prochain article

Plus dans cette catégorie "Contes" (Nouvelles en espagnol)

Other works from Mustapha Handar

Cet article t'a plu ? Alors regarde aussi les suivants :

Bad year 2021 - Rainer Tiemann (Histoire)