Una vez, tuve un sueño...
¡ Un sueño muy bonito !
Pudo haber sido grande,
pero se quedó chiquito.
Llegó como flor de primavera,
como rosa principesca.
Y encendió como la yesca,
hasta la más yerma quimera.
En el puño muy cerrado,
lo guardé celosamente.
Ni tan siquiera la mente,
podía abrir el candado.
Quise que conociera a la luna,
amiga del alma mía.
Y lo arropé para la noche fría,
con la estrella que brilla como ninguna.
En mi alma de cruzado.
lo abotoné con ternura.
Era un sueño de locura,
dejando el día a día de lado.
Viviendo en las entretelas
de pliegues de seda pura,
pasé una y más amargura
y sufrir el duermevela.
Al abrir el puño un día,
el sueño, ya no estaba.
Se me quedó la sangre helada
y empezó la terrible agonía.
Mi sueño, ya no era mío.
Se me había evaporado.
Lo ví en otro tejado,
y no tenía el semblante sentío.
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Nino Oval.
Publié sur e-Stories.org sur 11.12.2008.
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