Los brazos muy extendidos.
A la derecha y a la izquierda.
Órganos sensoriales en la punta de los dedos
que marcan exactamente,
dónde hay que poner el pie derecho
antes que el izquierdo,
en el eje terrestre...
Los sentidos agudos.
El cuerpo tenso.
Andamos por el eje.
¡Cuidado, con no caerte!
¡Atención, no mires hacia arriba!
No pierdes el equilibrio,
sino no vales nada.
Tienes que forzar al eje terrestre.
Pues el mundo lo necesita para girar.
La joven allá en el valle, muy abajo tuyo
llora por su amor, que perdió.
El viejo con los ojos nublados,
ya hace mucho que dejó la esperanza por un trabajo.
Y el muchacho con la vista desesperada
también tiene miedo por tí y por tú destino...
Mientras muy lejos sobre ti
no lo puedes ver,
aguilas de varios colores danzan en un vuelo.
Unicornios amarillos juegan en la luz de la luna
y un rey encuentra el santo grial.
¡Tú, allá en el eje terrestre!
Sigue sin miedo tu camino,
pero da libertad a tu vista
para poder ver también arriba y abajo.
Pues tú en el eje sólo puedes ver al horizonte,
mientras todos los demás te pueden ver también a tí...
Regina Sedelke
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Regina Sedelke.
Publié sur e-Stories.org sur 27.01.2009.
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