Aún recuerdo cuando la conocí, fue en el campamento de verano, ella era como una brisa fresca que aplacaba mi infierno personal. Al principio creí que era uno de esos calentones que solía tener con otras chicas, pero no, poco a poco empecé a ablar con ella y a conocerla mejor. Los demás casi la despreciaban por ser como era pero yo sabía que era diferente a cuantas chicas había conocido; lo primero que me llamó la atención fueron sus ojos: de un color verde intenso, como dos esmeraldas. Los momentos que pasabamos los dos ablando de trivialidades fueron para mí lo mejor de ese campamento. Ella inundaba mis sueños, su simple recuerdo me hacía sonreir y sentirme bien. Supe enseguida que estaba enamorado de esa dulce muchacha, tan llena de belleza y de vida, un ser tan maravilloso que ensombrecía el impresionante paisaje de montaña en el que nos encontrabamos.
Pero cometí un error, me declaré abiertamente mediante una carta, un torpe intento por mi parte. Como ya habréis deducido, ella me rechazó, pero no abiertamente, ella guardó silencio, ya no quería ablar conmigo,ni siquiera se me acercaba. Su silencio corroía mis entrañas y me destrozaba la moral poco a poco, hubiese preferido un NO rotundo, pero a pesar de todo, no le guardé rencor, pues me hacía cargo de la situación en la que la había metido, sabía perfecatmente que la piyé por sorpresa y no le dí opción de reaccionar.
Luego ella empezó a acercarse a otro muchacho del campamento, a mi eso me dolía pero me quité a un lado y no opuse resistencia, si ella era feliz, yo también lo era. Al final del campamento, mi angel y su "amigo" acabaron juntos y todos se alegraron bastante, reconozco que yo también me alegré pues ella me dirigió otra vez la palabra. Al volver a casa la obsesión que tenía por ella se acentúo todavía mas, la echaba de menos, echaba de menos su voz, su olor, su sonrisa, una sonrisa franca y despreocupada que me llenaba de un confortable calor interior. Al poco tiempo me enteré que mi musa había cortado con su novio, pues para él aquello fue un calentón sin mas. Otra vez empecé a ablar con ella, cada vez confiabamos mas el uno en el otro, yo ra feliz, mas que ningún otro ser de este mundo.
Pasaron siete meses de amistad entre nosotros hasta que un día decidí olver a declararle mis sentimientos. Pero yo tenía miedo de otro rechazo como el del campamento. Me armé de un valor que nunca supe de donde salió, pues siempre he sido muy vergonzoso, y le dije lo que sentía por ella. Al principio no me creyó demasiado pero luego me dijo que sentía lo mismo por mí.
Hoy es diez de agosto de 2009, son las 12:05 y ya llevamos cinco meses juntos, ella es la razón de mi existencia, lo mas importante en mi vida porque la quiero mas que a mi propia vida y se ha demostrado varias veces que el sentimiento es mutuo. Querido lector, esta breve historia es real, espero que tu también encuentres el amor y seas muy feliz, como lo soy yo en estos momentos.
FIN
Toutes les droites appartiennent à son auteur Il a été publié sur e-Stories.org par la demande de Fran Escudero Redondo.
Publié sur e-Stories.org sur 10.08.2009.
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